El 15 de diciembre se cumplirán dos años desde que el presidente Luis Abinader emitió un decreto para la construcción de un mausoleo en honor al cacique Enriquillo, reconociéndolo como símbolo de la resistencia taína contra los atropellos de los colonizadores españoles durante el siglo XVI.
Sin embargo, hasta el momento, la comisión encargada de esta labor, presidida por la ministra de Cultura, Milagros Germán, no ha logrado concretar la obra. La ministra explicó a Diario Libre las acciones realizadas hasta ahora.
Para erigir el mausoleo, es necesario llevar a cabo un trabajo arqueológico en el lugar donde se presume que se encuentran los restos de Enriquillo, un paso que aún no se ha dado.
En el municipio Pueblo Viejo, donde se fundó originalmente la ciudad colonial de Compostela de Azua, existía la iglesia de Las Mercedes, destruida por un terremoto en octubre de 1751, seguido, según algunos historiadores, de un maremoto. Se cree que los restos de Enriquillo podrían estar en el sitio donde estaba esta iglesia, ya que se piensa que solicitó ser enterrado allí.
La ministra explicó: “Allí hubo una antigua iglesia que se llevó un maremoto, y según algunos textos, hay quienes creen que el Cacique Enriquillo está enterrado ahí. Por lo tanto, es necesario realizar excavaciones arqueológicas”.
Milagros Germán informó que han asignado fondos para este propósito, proporcionados por el MAPRE (Ministerio Administrativo de la Presidencia), y se contactó con arqueólogos israelíes para enviar un experto, aunque esta gestión se complicó debido a situaciones relacionadas con la guerra.
Una vez completada esta fase arqueológica, la comisión planea consolidar los muros de la iglesia, crear un parque urbano y construir el mausoleo en la iglesia de Las Mercedes, colocando así a Pueblo Viejo de Azua en la ruta del turismo cultural.
Mientras tanto, el decreto presidencial dispone la colocación de un cenotafio con la inscripción del nombre de Enriquillo como homenaje simbólico hasta que se encuentren sus restos mortales. Un cenotafio es un monumento funerario que no contiene el cadáver del homenajeado.
El Poder Ejecutivo ha asignado al Ministerio de Cultura la responsabilidad de realizar las compras y contrataciones públicas necesarias para la construcción del mausoleo y el cenotafio, así como los gastos destinados a la búsqueda de los restos. También instruyó al Ministerio de Educación a crear una cátedra dedicada exclusivamente a la vida de Enriquillo, que deberá ser impartida en todas las escuelas públicas de la República Dominicana.
El Gobierno fundamenta la necesidad de erigir este monumento en la lucha de Enriquillo contra la colonización española. El decreto narra que, tras sufrir abusos por parte del heredero español y no obtener justicia a través de las instituciones coloniales, Enriquillo lideró una sublevación contra los colonizadores españoles, convirtiéndose en una leyenda y estratega militar exitoso. Su rebelión, que operó en la Sierra de Bahoruco desde 1519 hasta 1533, se considera el primer acuerdo de paz entre los aborígenes y la corona de Castilla en el Nuevo Mundo. Enriquillo es visto como el máximo símbolo de la resistencia en América contra acciones genocidas y abusivas, construyendo así los cimientos de la lucha por los derechos humanos.
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